
El grito de Faron
Un viaje entre selva, misterio y conflicto. Ciencia ficción crítica con raíces profundas.
LITERATURACUENTO
Francisco Araya / Chile
5/3/20254 min read


En el remoto planeta de Faron, un mundo cubierto por densas junglas esmeralda y cielos de un eterno crepúsculo ámbar, la paz era más una ilusión que una realidad. Los habitantes nativos, los Zareen, similares a los indios norteamericanos, llevaban siglos enfrentando la explotación de los colonos humanos, quienes habían llegado bajo la bandera de la Alianza Interplanetaria. Prometieron coexistencia y prosperidad, pero trajeron miseria, contaminación y desigualdad. En el corazón de este conflicto, Lira Kalin, una joven antropóloga enviada por la Universidad Central de Orión, llega al planeta con la intención de documentar la cultura de los Zareen, la cual está en riesgo de extinguirse para siempre. Pero lo que encontró fue un polvorín a punto de estallar. El aterrizaje de la nave de Lira en el espaciopuerto de New Prosperity, la capital colonial, estuvo marcado por miradas hostiles y murmullos apagados. Los colonos humanos estaban al borde de la paranoia. Rumores sobre ataques Zareen y sabotajes industriales circulaban por todos los rincones.
—Señorita, le sugiero que no se aleje mucho de las zonas protegidas —dijo el supervisor local, un hombre regordete con ojos cansados. —Los nativos no son precisamente amigables con los forasteros.
Lira ignoró el comentario con un gesto de cortesía forzada. Había estudiado la historia de Faron lo suficiente para saber que los Zareen tenían razones de sobra para desconfiar. Durante años, sus tierras sagradas habían sido invadidas, y los recursos que sustentaban su forma de vida fueron saqueados. Horas después, Lira logra organizar un encuentro con una de las pocas comunidades Zareen que quedaban cerca de los territorios coloniales. Con la ayuda de un guía local que hacía de traductor, se aventura más allá de los límites seguros, hacia una aldea oculta entre la jungla.
El líder de la aldea, un anciano llamado Tarek, la recibió con frialdad.
—“Otra humana que viene a estudiar nuestra miseria” —dice con voz grave. —“¿Qué buscas realmente?”.
Lira se apresuró a responder, mostrando respeto.
—“Quiero aprender de ustedes y entenderlos. Quizás, si puedo compartir su historia con otros mundos, para que los escuche”.
Los Zareen presentes intercambiaron miradas. La desconfianza era palpable, pero también lo era la desesperación. Finalmente, Tarek accede a hablar con la joven. Le contó cómo las minas de minerales que hacían los colonos, envenenaban los ríos y destruían sus campos. Cómo los acuerdos de paz nunca se cumplían.
—“Hemos intentado dialogar, pero sus líderes no escuchan” —dice Tarek. —Ahora, no nos dejan otra que prepararnos para la guerra.
Mientras Lira seguía recopilando información, hablando con los habitantes del poblado Zareen, una explosión sacude una planta procesadora de minerales en New Prosperity. Los colonos, disgustados y dejados llevar por la ira, no tardan en culpar a los Zareen; aunque no tienen pruebas concluyentes, los trabajadores de la planta armados con herramientas marchan hacia el poblado para desquitarse con los nativos. Estas noticias llegan al poblado, en donde siembran el pánico entre mujeres y niños, e incluyen a Lira. Los hombres en tomar sus lanzas, arcos y flechas e ir a defender su poblado. Ya cuando el grupo de obreros cruza el valle, se encuentran con un gran número de Zareen frente a ellos. Lo primero que intimida a los envalentonados obreros es el gran número de bravos guerreros que supera en una proporción de 3 a 1. Apenas los guerreros dan un grito atronador, se lanzan a la carga, masacrando a los obreros; algunos huyen malheridos… Al llegar a New Prosperity cuentan que fueron atacados sin provocación.
La Alianza cuenta con un destacamento militar en las cercanías de New Prosperity. Al enterarse de las noticias, envía un escuadrón basado en lo que contaron los obreros. A esta altura, los perros de la guerra son provocados y es intensificada la tensión. Los militares bien armados en respuesta, los Zareen cerraron los accesos a sus territorios y comenzaron a movilizarse.
Ahora, Lira, atrapada entre ambos bandos, intentó convencer a Tarek de buscar otra salida.
—“Si atacan, justificarán una represalia aún mayor” —argumentó.
—“Y si no hacemos nada, moriremos lentamente de todos modos” —replicó el anciano. De ahí se da media vuelta y vuelve con el resto de los ancianos del poblado.
Habiendo pasado varios días, en donde las tensiones se veían intercaladas con escaramuzas, el enfrentamiento final parecía inevitable. Lira, desesperada por evitar un derramamiento de sangre, insta a los ancianos de la tribu a organizar una reunión secreta entre los Zareen y un grupo de colonos dispuestos a escuchar. La reunión tuvo lugar en un claro qué queda entre New Prosperity y el poblado, bajo la luz tenue de las lunas gemelas de Faron.
La discusión es intensa. Los Zareen exigieron la devolución de sus tierras y el fin de la explotación minera. Los colonos argumentaron que también tenían derecho a quedarse, ya que algunos habían nacido en el planeta.
En medio del debate, Lira alzó la voz.
—“¿No ven que está pasando?. La Alianza explota a los Zareen, pero también usa a los colonos como peones”.
Estas palabras calaron hondo en las conciencias de los Zareen y los colonos; ambos bandos reflexionaron. Por primera vez, se dieron cuenta de que tenían un enemigo común.
Inspirados por las palabras de Lira, los Zareen y los colonos formaron una alianza precaria. Juntos, exigieron a la Alianza que cesaran sus operaciones en Faron. La resistencia unificada atrajo la atención de otros mundos, generando una ola de apoyo interplanetario.
Aunque la lucha estaba lejos de terminar, había nacido una esperanza. Lira, ahora considerada una mediadora entre culturas, permaneció en Faron para ayudar a construir un futuro más justo.
En el corazón de la jungla, Tarek plantó un árbol joven junto conmemorando lo que Lira hizo por ambos asentamientos.
—“Un símbolo de lo que puede ser” —dijo el anciano.
Y así, bajo el cielo ámbar de Faron, comenzó a escribir un nuevo capítulo en la historia.
Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas. Escritor de Ciencia Ficción, comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro
