
La Maleza
Una elegía visceral sobre el dolor, la sangre y el deseo que se funden con la tierra, donde la maleza crece como memoria de lo que fue amor y herida compartida.
LITERATURAPOESÍA
Léa Lamotte / Francia-Argentina
5/20/20252 min read


La maleza
De mis nuevas heridas sale
Sangre
Si las toco con mis dedos
Con mis uñas
Como si fuera tu espalda
Con las cicatrices jóvenes
Esto
No se debe hacer
Sale mi sangre
oscura
Son gotas que se pegan
Y caen
Muy, muy despacio
Hacia el suelo
El fluido vital se va por abajo
Más cerca de la tierra
Viene abravar la maleza
(Otra vez la maleza viste)
Se tinta de rojo casi color café
Como la sangre del fin del mes
Que mancha la ropa interior de las mujeres
Que olviden que son mujeres
El blanco de las flores de los cactus
Que me mostraste
También se mancha de gotas
De mi sangre
¿Lloras también?
Ojalá que llores también.
Porque con la sangre viene
El dolor
Que conoces
El olor
Que también conoces
Es el olor de
cuando se descompone la carne
Viste es feo
Es feo el desierto cuando se pone rojo y que huele a
Putrefacción
Pero igual es una atracción de la cual
No puedes salir
No puedes
escapar
Porque tocaste la flor blanca del cactus con tus dedos que me tocaron y se ensuciaron de mi
sangre
Te pinchaste
Y tu sangre más clara
Se va igualmente por abajo
Nada puede competir con la gravedad
La atracción de la tierra
Así que también se va tu sangre
Mas cerca de la tierra, de tu tierra
Con la maleza de la cual me cantabas
Che, nunca voy a poder mostrarte este poema
En el suelo se mezclan nuestras sangres
crean arroyos monstruosos
No quiero más pensar en ellos y en lo que significan
Solo quiero
acostarme en el polvo marrón
Arriba hay un cuarto de luna que brille fuerte
Me dices “mira la luna”
Te escucho
Así que juntes miramos
Lo que ilumina los monstruos que hemos creado
El cuarto de luna se refleja en nuestras pupilas dilatadas por la noche
En tus tierras ya había dejado mucha sangre
No pensaba que fuese vos el peligro
No pensaba que fuera yo mi peligro
En el suelo ya rojo
Crece nueva maleza
Se multiplica
Alrededor de nuestros cuerpos
Acostados y agotados.
Soy Léa, soy francesa y vivo en Latinoamérica. Siempre escribo en español, es como volver a aprender a escribir y a estar. Cuando cierro los ojos, veo las flores amarillas de la Patagonia; cuando los abro, veo el volcán Pichincha, en Quito. Este poema es de Mendoza, Argentina; para J.
