Tres paisajes memorables

I

Un paisaje memorable con amor hasta en las piedras
y vívidos colores como en cuadros de Van Gogh
sin el frío que convoca a la tristeza
sin sapos aplastados sobre la carretera
sólo una larga franja turquesa o extrañamente verde
y un aire siempre tibio que lleva aroma dulce
en el etéreo testamento de las flores.

Un paisaje memorable con toda la belleza gigantesca
que existe únicamente en lo que vive.

II

Un escenario propicio para la respiración o la alegría más profunda.
Dan ganas de decir eternidad, abeja, manantial, gaviota.

Este espacio es un milagro entre flores y conejos.
Este espacio es un vergel con bella abundancia.
Este espacio está repleto de cosas transparentes.
Este espacio colorido convoca luciérnagas.

Tanto polen y luminosidad y nubes y horizonte.

III

Es un jardín de golondrinas y ciervos y arcoíris.
Donde los buitres de la melancolía no construyen sus nidos.
Donde hay cielos diminutos entre los pétalos de las magnolias.
Donde ángeles preciosos esparcen en el viento un polvillo esmeralda.

En este reino la niñez se vincula con la lagartija.
En este reino el colibrí tiene una magia luminosa.
En este reino las hormigas son un único cuerpo inteligente.
En este reino los conejos encarnan la ternura más sublime.

Naranjales, moreras, ciruelos endulzan el aire.
Y no es extraño sollozar cuando de a poco anochece.

Damián Andreñuk reside en Villa Elisa, Buenos Aires, Argentina. Publicó once libros,todos a través de certámenes en diferentes editoriales. Además, a nivel nacional e internacional, obtuvo distinciones en concursos y fue seleccionado para colaborar en revistas y antologías.